Parches para el bolsillo

En los últimos años la economía argentina se achicó pero los préstamos personales crecieron, asevera el economista Sebastián Laza, para quien esto se debe en parte a que los ingresos reales de muchos cayeron y el primer impulso de la mayoría no fue disminuir su gasto en forma definitiva sino intentar mantenerlo en el corto plazo, apelando a los préstamos personales.

Según estadísticas del Banco Central de la República Argentina, el stock de préstamos personales creció en el país casi 10% con relación al año anterior y todo parece indicar que en este cuarto trimestre de 2011 la tendencia va in crescendo.

En una recorrida por diferentes entidades crediticias se pudo observar que gran parte de los préstamos solicitados corresponden a montos menores –van entre los $1.000 y $5.000–. Incluso algunas financieras otorgan sólo créditos que no excedan un monto equivalente a un sueldo del solicitante, lo cual corrobora que los préstamos personales merecen más que nunca su mote de “créditos al consumo”.

Las entidades financieras –reguladas en nuestro país por la ley 21.526, que establece como autoridad de aplicación el Banco Central de la República Argentina– otorgan este tipo de créditos personales en los que el usuario puede disponer libremente del dinero solicitado.

Y que, por lo general, tiene un destino amplio: refaccionar la vivienda, comprar electrodomésticos, cambiar el vehículo, adquirir bienes o servicios de cualquier índole e incluso viajar.

Estos créditos al consumo facilitan la compra en el momento de producirse la necesidad o el deseo de comprar. Por lo general, los préstamos personales cuentan con tasas efectivas de financiamiento más elevadas que los créditos hipotecarios y los plazos de amortización no suelen superar los 3 años.

Los montos acordados siempre se dan en función de los ingresos que el solicitante es capaz de demostrar, es decir de la capacidad de pago que acredite. En muchos casos las cuotas directamente se descuentan del recibo de sueldo y no requieren de garantía.

El número de entidades que ofrecen préstamos personales ha crecido ostensiblemente en los últimos años.

Oferta bancaria
Además de las casas de préstamos está la opción de tomar créditos al consumo en entidades bancarias, donde las tasas de interés son inferiores comparadas con las de las financieras, si bien son más minuciosas con la documentación exigida.

Aseguran que el segmento de préstamos personales más solicitados es el de $5.000. Quienes cobran su sueldo a través de una institución gozan de tasas levemente más bajas que quienes no lo hacen (autónomos, monotributistas, otros empleados en relación de dependencia), los que necesitan cumplimentar requisitos extras como declaración jurada de ganancias, pagos de Ingresos Brutos y certificaciones laborales. En cambio, un empleado estatal con un salario promedio de $2.000 y el recibo de sueldo “limpio”, es decir no afectado a compromisos previos, puede acceder por ejemplo a $20.000 en 36 cuotas

En la mayoría de los bancos privados, en tanto, los préstamos más solicitados oscilan en la franja de los $10.000 a $20.000. Además las bancas privada y pública ofrecen con el préstamo personal y como parte de un paquete, seguros de vida, la tarjeta de la entidad y la apertura de cuentas corrientes y cajas de ahorro, a cuyo costo hay que prestar atención.